17/04/2018 Día de la mujer en UTE: avances y pendientes

Se realizó el primer acto de los tres que están previstos en el Mes de la Mujer

Foto de la presidenta Arca

El acceso de las mujeres a espacios que siguen siendo mayoritariamente masculinos, las diferencias de ingresos entre hombres y mujeres en UTE y los aportes que la empresa puede hacer para combatir la violencia de género, fueron algunos de los ejes centrales del acto celebratorio del Día Internacional de la Mujer que tuvo lugar el martes 13 en el Palacio de la Luz.
El evento, primero de tres que tienen lugar en el marco del Mes de la Mujer, contó con la intervención de miembros del Directorio de UTE, la directora nacional de Energía, representantes del Comité de Género y de las unidades que desarrollan el Modelo de Calidad con Equidad de Género. Los restantes actos tendrán lugar en el Parque de Vacaciones, el viernes 16, y en la represa de Palmar, el martes 20.
El presidente Gonzalo Casaravilla se refirió a los focos de acción para 2018, y entre ellos destacó la necesidad de aportar una perspectiva de género al Proyecto de Inclusión Social, por el cual UTE está regularizando servicios a gran ritmo en los barrios más pobres de todo el país. Para este año se prevé incorporar 6.000 hogares al servicio formal en estos barrios (fueron 5.192 en 2017). Casaravilla destacó que muchas de esas familias son monoparentales y están a cargo de una mujer, por eso es imprescindible poner énfasis en una mirada de género en el Proyecto.
También instó a seguir trabajando en UTE contra la violencia de género, en el entendido de que “teniendo un contingente tan importante de trabajadores y trabajadoras, podemos generar efectos multiplicadores” en las políticas relativas a ese tema.
Otros focos de atención para este año son el diagnóstico y certificación del Modelo de Calidad con Equidad de Género en el Área Comercial y el trabajo junto al MIEM en el apoyo a la inserción de mujeres en oficios no tradicionales. El presidente de UTE se refirió asimismo a los Objetivos del Milenio definidos por ONU y aseguró que, en materia de igualdad de género, la empresa trabaja preferentemente en tres ítems destacados por el organismo internacional: eliminar todas las formas de violencia, promover la responsabilidad compartida y generar igualdad de oportunidades de liderazgo.
Con respecto a este último, reflexionó acerca de que en los últimos años están ingresando menos mujeres en la Facultad de Ingeniería, en carreras de las cuales UTE se nutre de profesionales. “Este es un problema y no lo vamos a resolver nosotros, pero podemos ayudar”, subrayó.
LOS ESTEREOTIPOS AÚN VIGENTES
El tema fue retomado posteriormente por el vicepresidente César Briozzo, quien dijo que a fines de la década de 1980, las mujeres eran el 40% de quienes estudiaban “computación”. Hoy, el porcentaje de mujeres que cursan carreras vinculadas con las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) es menos de la mitad que hace 30 años.
Briozzo esbozó “una hipótesis sobre por qué está pasando esto”. Según ella, las opciones profesionales están determinadas por los roles de género que siguen vigentes en nuestra cultura, más allá de los avances registrados. Hace 30 años, una persona se ocupaba de las cuestiones vinculadas a la informática cuando llegaba el momento de definir a qué dedicarse profesionalmente. “Hoy –dijo Briozzo- cualquier chiquilín tiene en su bolsillo una capacidad de almacenamiento y cálculo más o menos 10.000 veces superior a la que tenía una computadora gigantesca hace 30 años”. 
Las TIC pasaron de estar solo en el mundo del trabajo, a ser parte de la vida cotidiana. Se convirtieron entonces en un objeto de experiencia cotidiana de los niños, señaló, pero contaminada por los roles de género. “Sobre estas nuevas tecnologías actúan las mismas fuerzas que no hemos modificado. Cuando aparecieron los smartphones los padres decían ‘mi hijo hace de goma el celular’, pero muy pocas personas decían ‘mi hija hace de goma el celular”.
“Al pasar las TIC a la cotidianeidad, están sujetas a todos los preconceptos o prejuicios que tenemos con respecto a qué debe hacer una mujer”, reflexionó Briozzo.  
También compartió este criterio la directora Cristina Arca. “Están entrando menos mujeres en Facultad de Ingeniería, y esto tiene que ver con estereotipos en cuanto a qué deben estudiar mujeres y hombres”, afirmó. No obstante, valoró los avances operados en UTE desde la creación del Observatorio de Género en 2006 y sostuvo que “estamos transitando un camino que está dando sus frutos”.
La directora se refirió también a las situaciones de violencia de género que se han vivido en nuestra sociedad en los últimos tiempos y consideró que en esos casos, “uno de los temas más importantes (a las víctimas) es el apoyo psicológico”.
DIFERENCIAS EN LOS INGRESOS
También hicieron uso de la palabra en el acto celebrado el martes 13 en Montevideo, la directora nacional de Energía, Olga Otegui, quien habló en representación del MIEM y Sandra Bottero, del Comité de Género de UTE. Expusieron asimismo representantes de las gerencias de las Áreas Comercial y Distribución y de la División TIC sobre los avances registrados en el marco del Modelo de Calidad con Equidad de Género y sus objetivos para 2018.
Bottero aportó cifras sobre la participación de las mujeres en UTE, destacando que el porcentaje se mantiene en 26% a nivel general, aunque es aun menor en las áreas operativas. Pero las diferencias no pasan solo por allí, sino que están también en los ingresos. En estas áreas, por cada 100 pesos que gana un hombre, la mujer gana 80, aseguró, citando datos de 2016.